Ya en Colombia el COVID-19 no es excusa, es algo con lo que convivimos en nuestro diario vivir. Ya las cuarentenas eternas que presenciamos en el 2020 no existen (esperemos que nunca vuelvan) y el término “nueva normalidad” está más acuñado que nunca. Y es que sí, la nueva normalidad es nuestra realidad y el mundo no volverá a ser como antes.
De acuerdo con la publicación “The Economist”, analizando el índice de normalidad y reactivación que viven los países actualmente en el mundo, Colombia alcanzó la posición número uno en la región y el quinto a nivel mundial. En medio de tanto caos, algo debemos estar haciendo bien, pues nuestra economía se está recuperando, la tasa de desempleo ha bajado y las escalofriantes cifras del COVID-19 han disminuido en relación con épocas anteriores. Así, el año 2021 nos demostró que somos resilientes, pero también nos permitió entender que el mundo ha cambiado y requiere importantes capacidades de adaptación.
El año 2022 llega con un reto inmediato para los colombianos, el cual está marcado por la contienda electoral. Para la Industria Legal y para la comunidad se genera la responsabilidad de escoger a nuevos líderes que puedan adaptarse a la nueva normalidad y que lleven a Colombia por el mejor camino posible.
Los electores en otros lugares del mundo parecen enfocar sus preocupaciones en los efectos de la pandemia en sus vidas, asociándola a las preocupaciones más tradicionales frente a la educación, economía e impuestos. Colombia no parece ser la excepción y eso le dará a la jornada electoral un tinte único por las temáticas a abordar, pero también por la importancia de las decisiones.
Junto con los efectos prolongados que ha tenido la pandemia en nuestras vidas, los impactos del cambio climático se presentan de forma cada vez más evidente y trágica.
Esto refuerza la importancia de analizar candidatos que entiendan el rol que Colombia debe jugar en las medidas de mitigación y en su propia adaptación. De otra parte, se espera que los discursos electorales reflejen el entendimiento del impacto de la situación actual en el mercado laboral para los jóvenes, el uso de tecnologías, las adaptaciones en materia de educación y la necesidad de un Estado presente en cada uno de los rincones del territorio nacional.
La baraja electoral para el 2022 es amplia y, a nuestro parecer, los electores son, -y debemos ser-, muy exigentes. La nueva normalidad nos ha hecho mucho más conscientes de nuestras necesidades y nos lleva a estar más conectados que nunca. El control político y la abundante información hacen que no sea fácil ni elegir, ni ser elegido.
Ojalá los nuevos gobernantes del 2022 lleguen tan renovados como la realidad mundial y con ideas frescas para enfrentar la nueva normalidad colombiana y sus desafíos.
Aprovechamos para desearles a nuestros lectores y colaboradores unas felices fiestas y un magnífico año 2022.
Autores: Andrea Hernández y Marcelo Buendía