Jorge Mario Castillo Salas

La transición energética en Colombia tiene un objetivo súper ambicioso y es reducir el 51% de emisiones de gases de efecto invernadero a 2030 y alcanzar la carbono neutralidad en 2050.

Pero a pesar de que el 2030 es ya, en temas de movilidad parece que validamos transición y primaria, saltándonos de kínder a bachillerato. Esto es porque en la hoja de ruta planteada por el CONPES 4075 de 2022, se establecen los incentivos y la regulación necesaria para promover la transición energética, enfocándose en vehículos eléctricos y a gas, dejando de lado los vehículos híbridos. A pesar de que en ese mismo documento se reconoce que en ciudades intermedias se desconocen los beneficios económicos, medioambientales y sociales, derivados de la adopción de tecnologías de cero y bajas emisiones en el sector transporte.

Para entender la importancia de los vehículos híbridos en la transición energética, es necesario entender su participación en el mercado general, ver la proporción frente a la participación de los vehículos eléctricos y compararla con otros mercados que entenderíamos más sofisticados en este asunto, como podría ser el europeo.

Durante el 2020, los únicos países europeos que superaron el 1% de participación con vehículos eléctricos fueron Dinamarca, Luxemburgo, Holanda y Suecia, éste último, teniendo la mayor participación y logrando el 2.5%. En Colombia, la participación de vehículos eléctricos en el mercado total del 2020 fue de 0.69% con 1.311 unidades. Un porcentaje de participación similar a los de Bélgica, Francia y Alemania. Sin embargo, la participación de vehículos híbridos en Colombia en el 2020 fue casi 4 veces mayor a los eléctricos con 4.967 unidades y en el 2021 fue casi 13 veces superior a los eléctricos con 16.406 unidades, es decir un 6.5% de participación en el mercado. Este porcentaje fue superior al de vehículos híbridos en Suecia y Holanda en el 2020, los cuales alcanzaron el 5% y 4%, respectivamente.

Pero ¿por qué se da este salto tan abrupto en la participación de vehículos híbridos que, si son híbridos totales, definitivamente tienen un impacto positivo en las emisiones de gases de efecto invernadero? Pues porque si bien los consumidores colombianos se encuentran muy comprometidos con el uso de vehículos de energías limpias; lo cierto también es que existen grandes dificultades para poder desarrollar la movilidad eléctrica al ritmo que quiere el Gobierno. Estas dificultades son sin lugar a dudas materiales. Empezando con la limitada infraestructura de carga de vehículos eléctricos, no sólo en carreteras y ciudades intermedias, , sino también en ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, que son las ciudades avocadas a dar los primeros pasos en movilidad eléctrica continuando con lo costoso que resulta para el cliente final la instalación de estaciones en los lugares donde los necesitan.

Es por esto que la transición de la movilidad de vehículos de combustibles fósiles a eléctrica pasa por los vehículos híbridos; y la necesidad de la movilidad híbrida es inmediata, no es para el corto o mediano plazo, es para ya.

Pero ¿qué limitaciones enfrenta la movilidad híbrida en este momento? la primera es que las autoridades definan de una vez por todas qué se entiende por vehículos híbridos; y la segunda, que el Gobierno tome las medidas que, dentro de su potestad aduanera, permitan el ingreso de esta tecnología al país con un arancel que no vuelva prohibitivo su precio para el consumidor final.

El problema consiste básicamente en que con el Decreto 1116 de 2017, se establece un arancel preferencial del 5% para vehículos híbridos con un número determinado de unidades: 1.500 para los años 2017, 2018, y 2019; 2.300 para los años 2020, 2021 y 2022; y 3.000 unidades del 2023 al 2027.

Esta medida que fue adoptada en el 2017 reflejaba la demanda que estos vehículos tenían en el 2018, es decir 562 unidades. Sin embargo, esta demanda se fue incrementando de manera exponencial, llegando a 2.211 unidades en el 2019 y 4.697 en el 2020. Ahora bien, para abril del 2021 los 2.300 cupos previstos para ese año ya se habían agotado. El Gobierno, entendiendo que un arancel superior haría que su precio los convirtiera en prohibitivos y desaceleraría la transición energética; tomó la decisión de emitir el Decreto 1078 de 2021, el cual eliminó la figura de los cupos y logró que estos automóviles ingresaran con un arancel del 5% en el último trimestre del año.

¿Qué está pasando en el 2022? Hasta el 31 de agosto del 2022 se han matriculado 171.385 vehículos. ,De los cuales 2.426, es decir el 1.42% son eléctricos y 16.774, correspondiente al 9.7% son híbridos.

¿Y los cupos del 2022? Se extinguieron en el mes de mayo. Pero el incremento en aranceles de los vehículos híbridos que pueden saltar del 5% al 35%, es trasladada al precio final, lo que hace que la democratización de la movilidad con tecnologías de baja contaminación, como las híbridas, sea una fantasía. Limitar a 3.000 unidades el número de vehículos híbridos con un arancel del 5%, sólo tendría como consecuencia que ante la falta de oferta de vehículos de esta tecnología, los consumidores colombianos adquieran vehículos de combustión interna. Ya ha sido corroborado por estudios científicos a nivel mundial que este tipo de vehículos no cuentan con beneficios tan amplios como los híbridos frente a la calidad del aire, aumentando las enfermedades respiratorias e incrementando la dependencia de combustibles fósiles no renovables.

Para que en Colombia la fantasía de democratizar la movilidad con energías limpias sea una realidad, es necesario que el Gobierno adopte medidas que incentiven el uso de fuentes móviles que generen menos emisiones contaminantes al aire, protejan la salud humana y disminuyan la dependencia de combustibles fósiles no renovables, a través de la incorporación de tecnologías vehiculares más eficientes; logrando así honrar los compromisos adquiridos por el Gobierno nacional en el marco de los Acuerdos de París.

Al fin y al cabo, debemos ser conscientes de las dificultades que presenta la movilidad eléctrica y aceptar que la transición energética en movilidad pasa por los vehículos híbridos. No nos saltemos del kínder al bachillerato.

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